En la temporada 1994-95, el América libró grandes gestas, y los cuartos de final de aquella temporada son vivo ejemplo de ello, pues el América, que acababa de sufrir la sorpresiva destitución de Beenhakker, jugó un partido de alarido para dar cuenta del Puebla.
El Puebla de aquellas épocas fue un duro contendiente para la oncena azulcrema, pues en la Fase Regular -aún se jugaban torneos largos- América solamente supo dividir puntos contra los de “La Franja”, con resultados de 2-2 en el Estadio Azteca y 1-1 en el Cuauhtémoc de la capital poblana.
Los cuartos de final de aquel torneo volverían a enfrentar a ambos equipos; América igualó a cero con el Puebla en el partido de ida, encuentro que sería el último en que Beenhakker dirigiera a las Águilas, pues alineó a Joaquín del Olmo haciendo caso omiso de la orden expresa de – el entonces presidente- Emilio Díez Barroso; a la mañana siguiente, el estratega holandés fue destituido.
Ya con Mirko Jozic en el banquillo, América encaró el partido de vuelta de la serie en el Estadio Azteca; el conjunto poblano -dirigido por Alfredo Tena- se fue al frente en el marcador, pero Luis García emparejó los cartones con un soberbio cabezazo.
En la segunda mitad, el Puebla volvió a la carga, un centro de “el Pony” Ruiz fue rematado con una vistosa chilena de Narciso Cuevas, que adelantaba así a los dirigidos por “el Capi Furia”. Mirko Jozic mandó a la cancha a François Omam-Biyik y con ello revolucionó el ataque americanista, pues el primer balón tocado por el camerunés fue una precisa asistencia para que Luis García firmara el empate y su doblete de la tarde. El propio Biyik adelantaría a los azulcremas minutos más tarde desde los 11 pasos engañando a Siboldi para bailar aquella memorable “Macarena” con Joaquín del Olmo.
El clavo final al “ataúd” camotero lo pondría “Zague” que recibió un balón peinado por Biyik y rubricó la obra quitándose de encima a un defensor poblano y a Siboldi para definir sobre la línea de cal. Una eliminatoria convulsa por la sorpresiva destitución de Beenhakker en la que las Águilas hicieron gala de su gran futbol y peso específico para dejar en el camino a un Puebla que fue dignísimo rival.