La historia del fútbol mexicano no es la misma sin la enconada rivalidad del “Clásico de Clásicos”; América y Guadalajara han disputado hasta la fecha 234 encuentros con incontables protagonistas a lo largo de los años, pero el Clásico más importante de la historia, aquel denominado como “La Final del Siglo” tuvo al más inesperado de los héroes en un insólito giro de acontecimientos, Héctor Miguel Zelada.
El decisivo duelo de la Temporada 83-84 guardaba como condimento, un funesto antecedente para los de Coapa, ya que en el torneo anterior ambos equipos chocaron en semifinales; América ganó en el Estadio Jalisco por marcador de 2-1, pero Guadalajara se hizo del pase a la final por un contundente marcador de 3-0. Dos ingredientes de aquel episodio quedaron para el recuerdo americanista, la dolorosa derrota ante el acérrimo rival y la tremenda bronca en el terreno de juego que recibió, a posteriori, el mote de “La Batalla de Tlalpan”.
“Dios quiso ponernos a Chivas en la final, para resarcir la derrota que nos había dado un año antes” fueron las palabras de Alfredo Tena, palabras que sirvieron como preámbulo a una vibrante guerra deportiva, y también como una profunda declaración de intenciones luego de aquella dolorosa derrota del certamen pasado.
El juego de ida en el Estadio Jalisco estuvo pasado por lluvia; los de Coapa se adelantaron 2 a 0 en el marcador, pero Guadalajara reaccionó y lo empató a 2 dejando así todo abierto para la vuelta en el Estadio Azteca.
Aquel 10 de junio de 1984 estuvo destinado a presenciar una dramática y vibrante página de nuestro futbol, los dirigidos por el Maestro Reinoso se quedaron con 10 hombres en la cancha tras la expulsión a Armando Manzo, aunque el drama máximo estaría por llegar…
“La Final del Siglo” tuvo nombre propio, un indudable protagonista, Héctor Miguel Zelada; al minuto 41 de la primera mitad el “Snoopy” Pérez entró solo al área y el guardameta azulcrema no tuvo otra opción que derribarlo dentro del área. Cisneros fue al paredón de fusilamiento, el tiempo se detuvo unas milésimas de segundo, la voz de la narración de aquel partido lo resume todo a la perfección: “¡Luces, cámara, acción, Zelada la tiene, Zelada enorme, enorme, enorme!” mientras el oriundo de Maciel, Argentina pasó de ser un posible villano fortuito a ser el punto de inflexión azulcrema robando la gloria del acérrimo rival con sus propias manos.
Zelada derribó al ‘Snoopy’ Pérez al minuto 41
Para el segundo tiempo, un vendaval azulcrema azotó al equipo rojiblanco, Eduardo Bacas y Alfredo Tena pusieron el marcador 2 a 0, Quirarte descontó desde los 11 pasos tras un nuevo penalti pitado a favor del Guadalajara, pero Javier “El Vasco” Aguirre asestó el golpe final al minuto 90.
La tarde más gloriosa, la que marcó el inicio de un tricampeonato, la que vistió de héroes a sus jugadores, sí, esa tarde en el Estadio Azteca, América tuvo su dulce revancha que, paradójicamente, pudo ser amarga, la hiel se transformó en miel y el autor de aquella metamorfosis vestía un jersey azul con el número 1 en el dorsal y tiene por nombre Héctor Miguel Zelada.