Cada partido en el cual pierde nuestro equipo, el #FueraPiojo se vuelve tendencia en redes sociales. Pero, ese triste sector del americanismo que confunde la crítica con la reventadera se olvida de expulsiones infantiles, del tema de lesiones que nos siguen sin respetar y por ende, las bajas de cada fin de semana, y por supuesto, los títulos conseguidos bajo el mando de Miguel Herrera.
La terrible noche del sábado cimbró las entrañas del Club, pero dentro de lo malo existe confianza total en que esto es un bache por las adversidades ya mencionadas que aquejan nuestro equipo.
Es real que existe un bajo nivel futbolístico, no se puede ocultar con un dedo pero cada fin de semana Miguel se da de topes para conformar su XI ideal. Si no es por un golpe, por una sobrecarga, por dolencias físicas y un cuento que no tiene fin. Pero de eso se olvida aquel sector azulcrema.
La segunda derrota en lo que va del Torneo, fue en casa y con 10 hombres o menos en la cancha. Por cierto, inocentes entradas que dejaron en inferioridad numérica.
¿Acaso es Miguel el culpable? Cuando un alumno reprueba es culpa siempre del maestro, cuando un instrumentista falla en una orquesta es culpa siempre del que lleva la batuta, cuando en una empresa un empleado falla es culpa siempre del director.
Tampoco debemos ser paleros de errores como los del sábado, pero de ahí a pedir cabezas cada que pierden, está muy lejos. Hoy por hoy Miguel y sus dirigidos tienen al club en lo más alto pese a todo, porque a eso está obligado este equipo, a remar contra corriente, pero con el tiempo iremos mejorando. La siguiente cita es el viernes por la noche en casa de los Pumas de la Universidad.
Y este equipo llamado “Grande” pagará los platos rotos, porque el ADN del América exige revancha cada tropiezo y éste no será la excepción…