Los veo y me causa pena… Lastima que al final terminarán pidiendo esquina, suplicando atención, sin duda son ejemplo que a veces la vida da vueltas también para mal, terminando pues hundidos en la mediocridad, en la pena, en la traición.
Parece que fue ayer cuando se bañaban de gloria, aquellas finales en el estadio Azteca, cuando la lluvia era sinónimo de victoria, aunque pensándolo bien, tu impertinencia sólo hizo que todo se complicará esa noche que sería gloriosa contigo en el vestuario, tal vez era una señal de que no pertenecías aquí.
O tu que con tu pantalón largo llamaste gatos a los directivos enemigos, cuando les recordabas que no habían ganado nada, que no servían para nada… Mirate ahora, sirviendo a la familia Vergara, de ese imperio del que ahora tu eres el ‘pelagatos’, siendo eso que tanto críticaste.
Y de ti viejo, mejor ni hablamos… Tu pobre nivel no sólo te exilio de nuestras filas, si no que ahora te tiene comiendo banca, donde no tienes ni la voz, ni el liderazgo, mucho menos los goles, que alguna vez te llevaron a la cima, hoy hay muchos mejores que tu, si, en ese grupo de mediocres no destacas, agradezco al cielo porque ese número ’24’ se lavó, se limpió y se consagró, rápidamente, al grado que ya ni mencionarte es grato.
Los veo y me apenan, siento lástima, pero sobre todo aprendo que la vida muchas vueltas y que si no eres fiel, cuidas y proteges lo que tienes, terminas hundido en la mediocridad, en la pena y en la traición.