Tengo un recuerdo de cuando era pequeño, específicamente de una semifinal en contra del Monterrey allá por 1992. Me tocó vivir en una de las ciudades más futboleras de México y por ende mi familia lo era; ellos son Rayados de siempre y recuerdo que yo apoyaba al América por el simple hecho de llevarles la contra.
Aquella semifinal la perdimos pero desde ese momento supe que un nuevo amor había nacido dentro de mi.
Después vino una de las eras para mi más hermosas del club, la de “las águilas negras”. Tantos y tantos recuerdos de esa etapa que el amor hacia el América sin duda había nacido.
Era un placer para mi despertar los domingos y poder ver jugar a grandes estrellas como Chávez, Biyik, Kalusha y Blanco entre otros.
Sin duda el América comenzó a cambiar mi día a día. Aunque tuvimos etapas de no conseguir títulos yo disfrutaba ver desfilar grandes estrellas por nuestro club.
Tengo 28 años y tengo dos ídolos Americanistas: Guillermo Ochoa y Cuauhtémoc Blanco.
Este año es el Centenario y sin duda hay que celebrarlo con todo: América y ya.